Atravesaríamos todos los planetas rocosos interiores, el cinturón de asteroides y los dos principales planetas gaseosos; Júpiter y Saturno.
Mucho más allá, cuando ya crees que no hay nada más, aparecen dos gigantes helados que fueron descubiertos por el hombre más tarde que al resto de planetas. Son Urano y Neptuno.
Urano es de un espectacular azul pálido. Apenas tiene alguna línea o marca que haga que su color varíe. Asombra a los científicos por este y otros motivos como la inclinación de su eje, que es de unos alucinantes 98 grados.
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